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Pioneros: Building Cuba's Socialist Childhood.

Pioneros: Building Cuba's Socialist Childhood.

Con diseño de identidad de Lisbet Corcoba y sitio web mantenido por alcubo.com, estrenamos el website de la exposición Pioneros. Building Cuba’s Socialist Childhood, que se inaugurará en la Arnold and Sheila Bronson Galleries de Parsons the New School for Design el 16 de septiembre de 2015. En las próximas semanas, les estaré ofreciendo información sobre el evento.

 

Goma de borrar Pionero
Goma de borrar Pionero

Goma de borrar Pionero. 1980s. Colección Cuba Material.

El 16 de septiembre de este año, se inaugurará en las galerías Arnold and Sheila Aronson de Parsons, The New School for Design, la exposición «Pioneros: Building Cuba’s Socialist Childhood», un proyecto de Cuba Material. La exposición propone un recorrido por el universo material de la niñez en Cuba durante las tres primeras décadas de socialismo de estado en la isla, y pretende mostrar el rol de los objetos del espacio doméstico y la moda en la socialización política de la niñez con vistas a su posterior incorporación al proyecto socialista y a la formación del hombre y la mujer «nuevos».

Cuento con la colaboración de Meyken Barreto como co-curadora y del artista Geandy Pavón. Este último ha realizado una serie fotográfica en donde recrea, en escenarios del exilio, objetos de su niñez.

Además de la exposición, se han programado dos eventos colaterales: la proyección de un documental relacionado con la infancia en Cuba, con una sesión de preguntas y respuestas coordinada por Walfrido Dorta; y un panel de testimonios con profesionales que fueron niños en Cuba o en Europa del Este o la URSS, el cual será moderado por Jacqueline Loss.

Si así lo desean, los lectores de Cuba Material pueden colaborar:

1. Enviando por correo electrónico, a [email protected] o [email protected], fotografías de su infancia en Cuba (o dejándome saber si disponen de algún objeto relevante que deseen facilitar en calidad de préstamo); o

2. Ayudando financieramente a través de la campaña de recaudación de fondos que actualmente se encuentra abierta en la plataforma Indiegogo

Todos los colaboradores serán mencionados en la página web de la exposición (en construcción) y en el catálogo (si logramos reunir los fondos para producirlo). Agradezco a todos de antemano, y en especial a quienes ya me han enviado objetos y documentos, rollos fotográficos, o contribuido a financiar la campaña.

Operación Industria Cubana
Operación Industria Cubana

Operación Industria Cubana. 1959. Captura de pantalla.

En Librínsula: Consuma productos cubanos:

(…) Con el advenimiento de la Revolución la primera exposición comercial de producciones cubanas tuvo lugar entre los días 5 y 17 de abril de 1959, en los cuatro pisos y áreas aledañas del edificio que ocupaba la antigua Escuela de Medicina, sita en calles 25 entre J e I, en el capitalino barrio del Vedado.

Esta muestra expositiva fue visitada por miles de personas de la capital y fue considerada por un connotado ejecutivo de agencia publicitaria (Raúl Gutiérrez, presidente de OCLA), como la más grande que jamás hubiera visto.

«La recaudación de aquella exposición se empleó en la construcción de la que llegaría a ser después Escuela de Medicina de Oriente, que estaría ubicada en la provincia de Santiago de Cuba», explicó el doctor Omar Fernández quien en aquel entonces era Capitán del glorioso Ejército Rebelde.

Meses después (entre el 8 y 18 de mayo del propio año) y, por decisión del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, la muestra fue trasladada hacia el mismo centro de la ciudad de Manhattan, en Nueva York, Estados Unidos, donde fue visitada por miles de personas «con un éxito extraordinario».

«Ya en plena crisis las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, se presentaron productos cubanos como: azúcar, tabaco, café, ron, cerámica…además de dos mil de plantas, entre ornamentales y medicinales», puntualizó Fernández.

Recordó que, en aquella ocasión, recibieron la visita del entonces presidente norteamericano Dwight Eisenhower, quien se marchó sumamente complacido de la exhibición luego de recibir “un estuche de habanos, los mejores del mundo”, de manos del Capitán del Ejército Rebelde.

«—Voy a despertar envidia a mis amigos, cuando me fume estos excelentes habanos,» dijo Eisenhower.

Igualmente, y cumpliendo órdenes de Fidel, la exhibición comercial fue mostrada a todo el pueblo de Cuba… a través de un contexto inusual: transportada en ferrocarril. Para ello se dispusieron 62 vagones –de ellos 50 expositivos y un staff conformado por 90 personas—que, entre diciembre de 1959 y mayo1960, realizaron un recorrido por 90 lugares a todo lo largo y ancho de la Isla.

«Se partió de la ciudad pinareña de Isabel Rubio y, seis meses después de trabajo titánico y, de regreso a La Habana, la clausura la hizo el Comandante Ernesto Che Guevara…Unas 750 000 personas de otras provincias tuvieron la oportunidad de visitar la muestra, partir del tren más largo de Cuba», rememoró en esta oportunidad Amadeo Blanco, uno de los principales coordinadores de aquella Primera Exposición de Productos Cubanos en la Acción Ferrocarril.

En esa oportunidad, algunos industriales cubanos fueron abandonando poco a poco la muestra ferroviaria debido al proceso de nacionalización de industrias y empresas privadas que se estaba desarrollando en el país. (…)

Color Cubano

Color+Cubano-+bilder+från+Kuba

Este día fui por primera vez a la biblioteca central de Estocolmo y saqué la tarjeta para sacar libros prestados. Habían allí un montón de libros en español y muchos de ellos me interesaban. Empecé, por supuesto, por esos libros y autores que conocía de oídas pero que eran muy difícil de leer en la Habana. Lo primero que leí fue “La Habana para un infante difunto” de Guillermo Cabrera Infante. Luego seguí con Reinaldo Arenas, Kundera y Vargas Llosa. A partir de ese día y durante un año estuve continuamente sacando prestados y leyendo libros por varias ciudades de Suecia. Cada mes leía al menos una decena de libros. Ninguna otra vez en mi vida, ni antes ni después, he leído tanto como durante ese año.
También este día fui a mi primer museo en Suecia. A Pepe, el de mi cuarto, le habían regalado varias entradas al Museo Etnográfico y él me regaló una a mí. El museo estaba lleno de objetos y fotografías que exploradores y aventureros suecos habían recolectado durante siglos. Lo mismo había un tótem de una tribu de indios norteamericanos, que la lanza de un guerrero masái o el bumerán de un aborigen australiano. Había también una exposición temporal con un tema que yo conocía bien: Cuba.
La exposición, llamada Color Cubano, estaba compuesta principalmente de fotografías tomadas en la Habana contemporánea. Había también una típica sala cubana con muebles desvencijados, un televisor Caribe y una mesa cubierta con un nylon a forma de mantel. Sobre la mesa descanzaba una latica vacía de leche condensada que se había usado para medir un montoncito de arroz que alguna abuela iba a escoger. De las paredes colgaba la foto de algún barbudo, líder político o martir, no recuerdo. Los adornos podían ser un indio de yeso o laticas de Coca Cola cortadas para funcionar de búcaro a unas flores de plástico.
En el lugar también había un típico almendrón. Uno entraba por las puertas traseras y al son de música cubana que salía por las bocinas se ponía a mirar una serie de diapositivas que se proyectaban en el parabrisa del carro. Y allí sentado, me dí cuenta que esas escenas y esos objetos que hasta hace unas semanas eran tan familiares para mí, esos niños descamisados jugando al cuatroesquina o esa latica para medir el arroz, serían eso para mí: algo que miraría con la distancia que se mira un objeto de museo. Y por mucho que me alegrara de despedirme de muchas de esas cosas no podía negar el dolor que sentía al separarme de otras tantas. Y, por supuesto, me entró el gorrión y me eché a llorar a moco tendido, con sollozos y todo, por un buen rato. Por suerte ese día los suecos no estaban puestos para la etnografía y nadie se portó por allí durante ese tiempo. Si no, alguien hubiese pasado el embarazo de abrir las puertas de un almendrón y, entre las notas de un bolero, encontrarse a un tipo, flaco y pelúo, llorando desconsoladamente.

Por Ernesto Fumero Ferreiro

Marti-rio
Marti-rio

Marti-rio, fotografía de Geandy Pavón. 2014.

El proyecto de exposición Material Socialism se encuentra concursando en el evento New Challenge organizado por The New School. Entre el 18 y el 28 de febrero, se realizará una votación popular.  El proyecto que más votos reciba, pasará a la semi-final, junto con otros 19 proyectos seleccionados por el comité organizador del evento. La exposición Material Socialism es un proyecto de María A. Cabrera Arús en el que participan el artista Geandy Pavón, el escritor y ensayista Emilio García Montiel y el académico Walfrido Dorta. La exposición mostrará al público objetos del entorno doméstico cubano durante los setentas y ochentas, una serie de fotografías, realizada por Geandy Pavón, de estos objetos en el entorno contemporáneo de Estados Unidos, y una selección de piezas de la música popular, a cargo de Emilio García Montiel, que directamente aluden a la cultura material del período, así como de escenas de filmes, esta última a cargo de Walfrido Dorta.

Material Socialism explorará los significados de los objetos domésticos, su impacto político y social en sociedades totalitarias, y su rol en la construcción de utopías, alternativas imaginadas al capitalismo y la nostalgia. Material Socialism también pretende incluir a Cuba y a la cultura material de la isla en la discusión actual sobre la significación de la cultura material socialista, teniendo en cuenta que las dos mayores exposiciones sobre el tema —una realizada en el New Museum de la ciudad de Nueva York, en el 2011, y otra en el Victoria & Albert Museum de Londres, en el 2008— han excluido la materialidad de la isla. Finalmente, Material Socialism también pretende explorar el impacto de la revolución cubana y del socialismo caribeño en el imaginario visual y el espacio doméstico, tradicionalmente asociado con el Che Guevara, Fidel Castro, la Sierra Maestra, y los automóviles norteamericanos vintage.

La competencia New Challenge provee fondos para ayudar a financiar proyectos creativos de impacto social. Material Socialism necesita de tu voto. Apoya el proyecto aquí.