Representaciones de la materialidad en el arte.

Tarequex
Tarequex

Miembros del grupo 30 de febrero: Enrique del Risco y Armando Tejuca, a la derecha del Bobo. 1992. Imagen tomada del blog de Enrisco.

Es una pena que no existan imágenes de Tarequex 91. Así describe Enrique del Risco esta exposición, de la que participó:

Enrisco: London, London:

Un post de Penúltimos Días sobre una exposición en Londres curada por Gerardo Mosquera [dale Infortunato, mete un chistecito] en la que una de las principales atracciones es un rollo de papel sanitario hecho con el Juventud Rebelde me remonta a 17 años atrás. Enero de 1991, Galería del cine Yara en La Habana: Tejuca, otro amigo que esta en Cuba y yo inauguramos Tarequex 91, una parodia de las exposiciones de la ANIR y de los Forjadores del Futuro. Exponíamos piezas y tarecos que supuestamente promovían el ahorro («sobre todo de neuronas» acotábamos). Había allí: un machete de tres filos para convertir a los macheteros millonarios en trimillonarios; un convertidor de chistes de doble sentido en chistes de un solo sentido; luz natural (para ahorrar luz artificial); el diseño de un futuro museo de la Zafra de los Diez Millones; y condones de tallas mínimas TTD (Todos Tenemos Derecho) elaborados con dedos de guantes de goma entre otras cosas que no me acuerdo. Una de las piezas que mostrábamos era justamente un rollo de papel sanitario elaborado a partir de periódicos Granma. Éramos unos vanguardistas y no lo sabíamos. Es una lastima que Gerardo Mosquera no hubiera estado por ahí para darse cuenta de nuestro hallazgo y habernos llevado a Londres con los que nos hubiéramos ahorrado un montón de trámites. En aquella ocasión lo único que conseguimos fue que nos cerraran la exposición al cuarto día de inaugurada. Estamos decidiendo entre exigir que se nos reconozca como precursores de la nueva vanguardia cubana o establecer una demanda por plagio.

Enrisco: 30 de febrero, una página olvidada del arte cubano (I):

 …Corrían los últimos meses del año 90 hacia el barranco sin fondo que se dio en llamar con no poca poesía “Período Especial” cuando estudiantes de último año de ingeniería civil con apellidos de predestinados a cursar dicha carrera –Castillo y Tejuca- decidieron unir fuerzas –es un decir- y fundaron un grupo que de momento no pasaba de dúo. Y no se les ocurrió mejor nombre que el de una fecha que resumía lo mejor posible la firmeza de su compromiso con la realidad y esta fue la de 30 de febrero. Algo destacaba en ellos a simple vista y era la cantidad de pelo que cubría sus cabezas con el que bien se podría haber rellenado un colchón. Poco después se les unió Enrisco, no menos peludo en esos días y fue un milagro que como primer proyecto no se les ocurriera raparse y dedicarse a la fabricación de colchones. En cambio en aquellos días hablaron de varias ideas entre las que estaban: 1) la creación de un periódico mural llamado “Aquelarre” para suplir la desaparición de papel en La Habana. 2) la creación de una exposición homenaje a la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadotes (ANIR) a la que finalmente titularon Tarequex 91.

La exposición finalmente se inauguró en la galería Juan David adjunta al cine Yara sito en ese centro del universo que los habaneros suelen llamar El Vedado con éxito de critica, de público pero sobre todo de los dirigentes del municipio del Partido (Comunista de Cuba) de Plaza que consiguieron cerrar la exposición apenas al cuarto día de inaugurada con el pretexto que necesitaban hacer reparaciones de plomería. Derrotados pero no vencidos los integrantes de 30 de Febrero decidieron trasladar la exposición al Museo del Humor de San Antonio de los Baños iniciando una persistente tradición dentro del grupo: poco importaba que todas y cada una de las exposiciones que exhibieran en La Habana por esos años fuera censurada que esta sería recibida en San Antonio de los Baños con los brazos abiertos….

(Continuar leyendo la crónica de Enrisco aquí)

Enrisco: Inventos (actualizado).

Gracias a Enrique del Risco por proporcionar los enlaces. Gracias a todos los que han dado a conocer este evento a Cuba Material.

Vista aérea de la Escuela de Artes Plásticas del ISA

Vista aérea de la Escuela de Artes Plásticas del ISA. Imagen tomada del blog de Arsenio Rodríguez.

Espacio Laical: Entrevista a Alysa Nahmias y Benjamin Murray, realizadores del documental Unfinished Spaces (Espacios Inacabados):

A finales de junio, tuve la suerte de ver el filme Unfinished Spaces (Espacios Inacabados) en el Festival de Cine Northside, en Brooklyn, Nueva York. Realizado por dos jóvenes estadounidenses Alysa Nahmias y Benjamin Murray, esta joya del cine documental narra la historia de las Escuelas Nacionales de Arte (ENA), hoy sede del Instituto Superior del Arte, como proyecto cultural, social y, sobre todo, arquitectónico.

El relato empieza con la famosa visita de Fidel Castro y Che Guevara, en enero de 1961, al campo de golf del antiguo Habana Country Club, la cual tuvo como resultado inesperado la propuesta de erigir en ese mismo terreno las mejores escuelas de arte del mundo. De ahí, el filme pasa al frenético diseño del complejo artístico en un período de apenas dos meses y los primeros pasos hacia su realización, hasta llegar a 1965, cuando se decidió suspender la construcción todavía en proceso, después de que las obras y los arquitectos fueron criticados por imprácticos y excesivos. En un contexto de polarización política en que los efectos del embargo económico impuesto por Estados Unidos se hacían sentir por todo el país, y tras el impulso que cobró la adopción del método soviético de prefabricación, la ENA poco a poco llegó ser considerada como un proyecto “improductivo”, mientras que algunos tildaron sus diseños de “elitistas.”

Mediante una hábil combinación de entrevistas, fotografías, imágenes de archivo, y filmaciónin situ—y de algún modo siguiendo la senda marcada por John Loomis en su libro de 1999,Revolution of Forms: Cuba’s Forgotten Art SchoolsUnfinished Spaces se nos cuenta la historia de una serie de edificios únicos, controvertidos en su momento, pero hoy reconocidos mundialmente como obras maestras de su época y de sus arquitectos: Ricardo Porro (cubano), Roberto Gottardi (italiano), y Vittorio Garatti (italiano). Además, el filme funciona como una biografía íntima de estos tres hombres, captando la importancia personal que tuvo para ellos haber sido seleccionados para diseñar la ENA , así como el impacto del ostracismo que sufrieron junto con sus obras en un momento determinado. Porro se marchó a París en 1966, mientras que Garatti se vio obligado a regresar a Italia en 1974, víctima de una serie de malentendidos y acusaciones falsas. Gottardi aún vive en Cuba. No obstante estos itinerarios distintos, el filme transmite la huella que ha dejado en cada uno de los tres el haber vivido tantos años con la esperanza de ver sus originales planos utópicos hechos realidad.

Más que un relato estrechamente arquitectónico o biográfico, Unfinished Spaces también abre una amplia ventana a la historia cultural, artística y social de Cuba durante el pasado medio siglo. Como es conocido, aun cuando se había paralizado la construcción con sólo dos de las escuelas terminadas, la ENA nunca dejó de servir como institución de docencia artística. Pasaron por sus puertas algunas de los más exitosos artistas cubanos en estos tiempos. Y en el filme, varios de estos ex-alumnos (algunos radicados en la Isla y otros fuera de ella) ofrecen ricos testimonios de sus experiencias como estudiantes, desde la efervescencia vivida en los años iniciales, hasta la discriminación sufrida por homosexuales a finales de los 60 y comienzos de los 70. Con igual pasión comentan sobre el ambiente de singular creatividad durante los 80 y 90—cuando el deterioro físico en que habían caído algunos de los edificios, junto con su creciente reabsorción por la naturaleza, como si los árboles estuvieran tragándose a los edificios poco a poco, paradójicamente creó condiciones propicias para la reflexión y la experimentación. Aprendemos, además, cómo en pleno Período Especial algunos de los edificios medio abandonados ofrecían refugio para personas desamparadas, además de convertirse en fuente ilegal de suministro materiales de construcción para otros que buscaban mantener sus hogares. El resultado, por tanto, es una historia compleja y a veces amarga, pero a la vez bella y profundamente inspiradora.

El documental concluye a finales de los años 90 y principios de los 2000, cuando en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) se empezaron a gestionar propuestas para restaurar y completar el proyecto inacabado, y cuando Porro y Garatti pudieron regresar a Cuba con el objetivo de colaborar en ese nuevo esfuerzo. Hasta la fecha, las escuelas de Artes Plásticas y de Danza Moderna diseñadas por Ricardo Porro—las dos cuya construcción ya se había terminado en 1965—han sido renovadas, mientras que las Escuelas de Ballet y Música de Garatti, junto con la Escuela de Teatro de Gottardi, permanecen inconclusas. El conjunto de los edificios fue declarado Monumento Nacional en 2010, y desde 2003 forma parte de la “Lista Tentativa” de Sitios del Patrimonio Mundial, de la UNESCO.

Hace poco pude conversar con Alysa (AN) y Benjamin (BM) sobre su filme, un proyecto que les ocupó nada menos que diez años de trabajo y que ha sido premiado en varios festivales internacionales de cine desde su debut oficial hace un poco más que un año, en Los Ángeles. Con gusto, comparto nuestra conversación con los lectores de Espacio Laical.

Pueden ver la entrevista a los realizadores aquí.