Entradas

bombonera d vidrio
Bombonera de vidrio. Colección Cuba Material.

Me dice mi mamá que mi abuela tiene que haber comprado esta bombonera de vidrio en las tiendas de Centro Habana, o en alguna ferretería. Es un objeto importado de algún país del bloque socialista, y en algún momento tuvo tapa, pero posiblemente la haya botado yo misma, recogiendo. Ya mi abuela no vivía, o había perdido la cabeza, y no pudo hacer nada. De lo contrario, me lo hubiera impedido.

La bombonera de mi abuela nunca tuvo bombones, está casi de más que lo diga. De vez en cuando, mi abuela la llenaba de yemitas, que hacía ella misma. Las yemitas de mi abuela le quedaban de color amarillo canario. A mí nunca me han quedado así. Mis yemitas son anaranjadas, o de un amarillo sucio, aunque las haga con azúcar blanca. Y mi abuela las hacía chiquiticas, dándoles la forma de pequeños bomboncitos redondos que espolvoreaba con azúcar en polvo que ella misma preparaba en su batidora National.

El acabado de esta bombonera es bastante tosco. Está hecha con vidrio grueso, y su superficie y decorado son poco refinados. Mi abuela tenía bomboneras y adornos mucho más bonitos. Pero esta era la que utilizaba para las yemitas. Pudo también haberla utilizado para guardar otras cosas. Algodón, por ejemplo. Pero mi abuelo guardaba las hebras de algodón que le arrancaba a los rollos que vendían en las farmacias en otros recipientes, de cristal más fino.

En Instagram, me dice Gonzalo Arocha:

Eso venía con chocolates. Y tenía una tapa.

Me acuerdo perfectamente. Los vendieron una sola vez. Como todas esas cosas que vendieron en esa época, como las latas de galletas dulces que tenían las fotos de Machu Pichu y otros lugares del mundo (ahí me enteré que Machu Pichu existía). 

De los bombones no me acuerdo, pero sí de las galletas.

Envase de bombones cubanos

Envase de bombones cubanos

Envase de bombones cubanos. 1980s. Colección Cuba Material.

Solo recuerdo un tipo de bombones de fabricación cubana, aparte de los bombones soviéticos –¿o búlgaros?– rellenos con altea que se vendían en Cuba cuando era niña. Venían, los cubanos, envasados en una pequeña caja de cartón, alta y angosta, que cerraba como el techo de una casa a dos aguas, y estaban rellenos con una masa azucarada con sabor a frutas. A cada dulce lo envolvía un fino papel de aluminio, y los había de varios colores. Cosa a notar, a estos bombones no los identificaba marca comercial alguna; eran anunciados por el genérico nombre de «bombones surtidos».

Sin embargo, no son estos los únicos bombones que la industria alimenticia socialista cubana produjera. He descubierto en casa de mis abuelos una caja de bombones, también de fabricación cubana y sin marca comercial visible, cuya tapa reproduce un diseño artístico. Es posible que se trate de uno de los diseños que un grupo de artistas plásticos crearon en los tempranos sesenta para envases de alimentos. Se asemeja bastante, me dicen, a la obra de Raúl Milián.

He dado también con una caja de bombones de marca Sans Souci, de lujo (de luxe), al parecer también confeccionados en Cuba. Si bien la marca, la calidad de la caja y la tipografía remiten a los años cincuenta, un sello de papel –mal pegado– en la parte inferior del envase, donde se lee la palabra «Codificación» seguida de un número o código, quizás sea la clave que delate su factura socialista.

Envase de bombones cubanos

Envase de bombones cubanos. Años sesentas. Colección Cuba Material.

Envase de bombones Sans Souci

Envase de bombones Sans Souci. Años sesentas. Colección Cuba Material.