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Mural con Fidel Castro, Juan Almeida Bosque y Che Guevara como los Tres Reyes Magos
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Mural con Fidel Castro, Juan Almeida Bosque y Che Guevara como los Tres Reyes Magos.

En Penúltimos Días: La Revolución y los Tres Reyes Magos:

El gigantesco mural muestra un belén revolucionario al que llegan los tres primeros comandantes (Fidel, el Che y Almeida en el obligatorio rol de Baltazar) con sus respectivos dones: la Industrialización, la Reforma Agraria y la Alfabetización.

Al fondo, las montañas, y sobre el Nacimiento la figura de un Martí gigante y beatífico. El mural, titulado “Jesús del Bohío”, cuyo estilo naif recuerda las primeras obras monumentales de Siqueiros, se instaló a finales de 1960 en la marquesina de la estación de radio CMQ, en La Habana, y puede verse en el documental de Chris Marker, Cuba sí (1961), cuyos primeros minutos son una antología del mito de la Revolución como consagración navideña.

El documental comienza con escenas tomadas en una famosa tienda de juguetes, entrevistas a un grupo de niños que van desgranando deseos ante la cámara. Se nota el placer de los rebeldes convertidos en representantes de los tres nuevos Reyes. Fidel Castro había anunciado que se regalarían juguetes a todos los niños cubanos, y en varios grandes almacenes se formaron colas gigantescas. Y premonitorias. Los juguetes, por supuesto, no alcanzaron, pero esa frustración sólo puede verse en otras fotos, bastante menos conocidas.

Durante esos primeros años no faltaron pruebas de la “voluntad navideña” de la Revolución. Hasta se intentó sustituir a Santa Claus por la figura autóctona de un “guajiro” barbudo, Don Feliciano, vestido con guayabera y sombrero de yarey. La idea no fue bien acogida, a diferencia de los camiones militares, que el 24 de diciembre de 1960 recorrieron los barrios pobres entregando carne de puerco, frijoles negros, arroz, turrones y golosinas.

El mito de la Revolución navideña, sin embargo, entrañaba un peligro: al convertir a los barbudos en Reyes Magos, el pueblo cubano asumía también una inequívoca condición infantil. Dejaba de ser un ente político adulto para convertirse en el niño que pide deseos, confiado en que, de alguna u otra manera, los regalos llegarán. Los principales dones (Industrialización, Reforma Agraria, Alfabetización) se anunciaban como derechos postergados, pero se entregaban como dádivas, como juguetes. Ayudada por el mito, la política se desligaba de las instituciones y de la sociedad civil para convertirse en ritual de complacencia que consagraba al Nuevo Poder en la esfera de lo inapelable.

En 1959 los juguetes no alcanzaron. A partir de 1969, las Navidades estuvieron prohibidas durante casi tres décadas. Pero todavía seguimos en lo mismo: esperando algún gesto de largueza navideña.

Por Ernesto Hernández Busto

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La inauguración del reparto Caprí el 6 de enero de 1960 se presentó como un regalo de los Tres Reyes Magos a las 320 familias de clase media y baja que se beneficiaron con el anuncio. «Like parents delighting their children, INAV officials surprised unsuspecting adult recipients of the houses by publishing their names in morning newspapers on Kings Day» (Guerra 2012:98).

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En Cubanet:

El año en el que se celebraban las «segundas Navidades Libres», bastante distintas a las anteriores. Con el título «Jesús del Bohío» se representaba la Navidad en la marquesina de la estación de radio CMQ, en La Habana. Los tres Reyes Magos eran Castro, el Ché y Juan Almeida, el único hombre de raza negra en una alta posición dentro de la revolución. Ellos llevaban como regalos la Reforma Agraria, la Reforma Urbana y el Año de la Educación, que sería el próximo.