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Imagen tomada de internet.

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Algo que registré a pesar de todo fueron las vidrieras de colores. Imposible no verlas al entrar a algún viejo edificio, tanto brillan con la luz de afuera, y tan chillones son los colores. Las puse del lado de una observación que me hizo una señora argentina en un aparte: “los cubanos tienen un problema grave con lo visual”. Tuve que darle la razón, porque todo lo que fuera murales, carteles, pinturas, iba más allá de lo feo y torpe. Lo mismo las tapas de los libros, las ilustraciones. Hasta que ella no me lo dijo no lo había observado especialmente, acostumbrado como estoy a desplazarme entre adefesios. Pero al oirla recapacité, y realmente era notorio. Quizás eso tenga una explicación histórica, y la sangría de talento que sufre un país socialista hacia sus vecinos capitalistas se acentúa en el campo de las artes plásticas y el diseño. Quizás aquí no quedó nadie que sepa combinar dos colores o trazar una línea. Porque las agresiones visuales que uno sufre en el capitalismo están planeadas y realizadas por gente que “sabe hacerlo”, y de esa gente hay una demanda incesante, que la expulsaría de Cuba.

De modo que había supuesto, sin ponerme a pensarlo especialmente, que las vidrieras de colores de los edificios antiguos se habían destruido con el tiempo, y las habían reemplazado con esos mamarrachos. No tendría nada de extraño: si todo se ha destruido, el vidrio, que es lo más frágil, tenía que ser el primero. Y de verdad parecen nuevas, por lo brillante de los colores, y por abstractas y simplísimas. Creo que siempre, o casi siempre, tienen una simetría bilateral. Cada una deriva de su propia mecánica generadora automática, lo que es típico de un diseñador aficionado. Los colores, primarios: amarillo, rojo, azul, lisos por supuesto (pero en los vitrales nunca hay claroscuros). La impresión general es infantil, de plástico, Walt Disney.

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Exposición Pioneros: Building Cuba's Socialist Childhood

Exposición Pioneros: Building Cuba's Socialist Childhood

Exposición Pioneros: Building Cuba’s Socialist Childhood, inaugurada el 17 de septiembre de 2015 en la Arnold and Sheila Aronson Galleries de Parsons School of Design, curada por María A. Cabrera Arús y Meyken Barreto.

Fragmento del texto que escribí imaginando un futuro museo del socialismo cubano para Beyond the Sugar Curtain: Tracing Cuba-Us Connections Since 1959. ¡Anímense a donar objetos o documentos desde ahora mismo!

Todos los recuerdos que poseo de la casa de mis abuelos, la que fuera a inicios de siglo una casona de arquitectura ecléctica en el barrio El Vedado, se relacionan con la increíble cantidad de trastos que guardaba. Mi generación, la que nació en la década de los años setenta, y todas las que le siguieron, creció en un entorno material doméstico que, antes de volverse ruinas, se había llenado de tarecos. Objetos en desuso, rotos, inservibles, gastados, mutilados, se guardaban en espera de una “segunda vuelta” en que pudieran servir para reemplazar, completar, reparar o simplemente “inventar” una nueva materialidad, solución temporal a la siempre predominante escasez.

La relación de los cubanos con el mundo material comenzó a cambiar en el mismo año 1959, cuando el nuevo gobierno impuso un arancel a las importaciones de artículos de lujo. Un giro de tuercas mucho más dramático lo constituyó, sin dudas, el racionamiento de una serie de artículos alimenticios de primera necesidad decretado en 1962 para hacer frente a la escasez que resultó de la mala administración socialista. Al año siguiente, se crearon las Oficinas de Control de Abastecimientos, conocidas como OFICODAs, y se decretó el racionamiento de una serie de productos no alimenticios, de factura industrial, que pasaron a adquirirse mediante cupones distribuidos en los centros de trabajo o, en su defecto, por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) que existían ya en cada vecindad.

Desde entonces, con el mismo entusiasmo con que se habían dado a celebrar el triunfo de la Revolución Cubana, la Concentración Campesina del 26 de julio de 1959, la victoria de Playa Girón el 21 de abril de 1961, los carnavales que cada año reciclaban carrozas y serpentinas; el mismo entusiasmo con que celebrarían también la inauguración del Pabellón Cuba y de los mosaicos de La Rampa en 1963, el Salón De Mayo en 1967, el primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) en 1975 o el regreso a tierra, el 10 de octubre de 1980, del módulo de aterrizaje de la nave espacial Soyuz-38, tripulada por el primer cosmonauta cubano, los residentes de la isla se dedicaron a guardar todo lo que creían que en algún otro momento podrían necesitar. Tres décadas bastaron para almacenar una considerable cantidad de objetos antes de que la crisis económica causada por la caída del campo socialista a partir de 1989 y la desintegración de la Unión Soviética en 1992 obligara a echar mano de estas reservas materiales.

Desde el año 2012, la colección Cuba Material y el archivo digital homónimo se dedican a recuperar y preservar la cultura material que sobrevivió al período postsoviético, en el que los habitantes de la isla consumieron casi todo lo que habían guardado durante las décadas previas. Se trata de una colección de objetos que fueron guardados por su valor sentimental o aval político, porque aún continuaban en funcionamiento o porque de tanto atesorarlos para cuando las cosas se pusieran peor—así de avieso se presentaba el futuro—terminaron perdidos o sepultados entre otros tarecos, en los rincones más remotos de los closets y barbacoas. . . .

Leer texto completo en la edición no. 3 de Beyond the Sugar Curtain: Tracing Cuba-Us Connections Since 1959.

Marti-rio

Marti-rio

Marti-rio, fotografía de Geandy Pavón. 2014.

El proyecto de exposición Material Socialism se encuentra concursando en el evento New Challenge organizado por The New School. Entre el 18 y el 28 de febrero, se realizará una votación popular.  El proyecto que más votos reciba, pasará a la semi-final, junto con otros 19 proyectos seleccionados por el comité organizador del evento. La exposición Material Socialism es un proyecto de María A. Cabrera Arús en el que participan el artista Geandy Pavón, el escritor y ensayista Emilio García Montiel y el académico Walfrido Dorta. La exposición mostrará al público objetos del entorno doméstico cubano durante los setentas y ochentas, una serie de fotografías, realizada por Geandy Pavón, de estos objetos en el entorno contemporáneo de Estados Unidos, y una selección de piezas de la música popular, a cargo de Emilio García Montiel, que directamente aluden a la cultura material del período, así como de escenas de filmes, esta última a cargo de Walfrido Dorta.

Material Socialism explorará los significados de los objetos domésticos, su impacto político y social en sociedades totalitarias, y su rol en la construcción de utopías, alternativas imaginadas al capitalismo y la nostalgia. Material Socialism también pretende incluir a Cuba y a la cultura material de la isla en la discusión actual sobre la significación de la cultura material socialista, teniendo en cuenta que las dos mayores exposiciones sobre el tema —una realizada en el New Museum de la ciudad de Nueva York, en el 2011, y otra en el Victoria & Albert Museum de Londres, en el 2008— han excluido la materialidad de la isla. Finalmente, Material Socialism también pretende explorar el impacto de la revolución cubana y del socialismo caribeño en el imaginario visual y el espacio doméstico, tradicionalmente asociado con el Che Guevara, Fidel Castro, la Sierra Maestra, y los automóviles norteamericanos vintage.

La competencia New Challenge provee fondos para ayudar a financiar proyectos creativos de impacto social. Material Socialism necesita de tu voto. Apoya el proyecto aquí.

Probetas

Nuevo Vedado, 2013

Nuevo Vedado, 2013

Texto de Ernesto Oroza en La alcancía del artesano:

La probeta de hormigón (concrete test specimens) es un objeto asociado tecnológica e históricamente a la arquitectura moderna. En Cuba se han acumulado cientos de miles por toda la isla en los últimos setenta años y el conjunto de esta totalidad conforma un estrato reposado y abstracto, un sedimento geológico de hormigón que diagrama el suceso de la modernidad y la implementación de la industrialización en la arquitectura cubana.

El objeto se produce para evaluar y controlar la producción del hormigón ya sea en la fábrica o durante la construcción (in situ) de una obra arquitectónica o ingenieril. Cuando se producen durante el proceso de edificación se usan muestras que comparten similares condiciones con el material empleado en la construcción. Para esto se toman porciones de la mezcla preparada y se vierten en los moldes cilíndricos (metálicos) de los cuales resultan las probetas.
Antes de extraer el cilindro resultante del molde se graban en una de sus caras circulares los códigos de la producción y la fecha del día. Estos datos distinguirán por siempre a la probeta de las otras producidas allí ese día o en cualquier otro lugar y tiempo. Las muestras se secan y curan para evaluarlas posteriormente y constatar la calidad del mortero, la homogeneidad, el peso y la potencial resistencia a distintas presiones y factores ambientales. Las probetas producidas en la fábrica se prueban después de dos meses y medio (72 días) de curadas y las creadas en el lugar de una construcción se prueban rápidamente para responder a la inmediatez del proceso productivo.

Se puede pensar que en algunos casos las probetas condensan el material empleado en los edificios, en otros casos, el material discriminado, la mezcla que fue excluida de los inmuebles. …

Creo que las cifras marcadas en los cilindros, las fechas y otros signos en sus caras circulares, completan la función indicativa en la urbe de los procesos constructivos desarrollados en los últimos decenios.  Por un lado estas fechas se consagran a una epifanía. Al instante milagroso de la dosificación perfecta, a proporciones ideales de agua y cemento, a temperaturas precisas de secado, a un clímax inmejorable de homogeneidad y fusión. Por otro lado estas fechas tienen una latencia biográfica. He buscado por años una que tenga mi fecha de nacimiento. Creo que al menos habrá una en toda la isla y esa probeta probable es también un índice de mi resistencia, o de mi falta de esta. He buscado insistentemente en las probetas que rodean los jardines del Ministerio de la Construcción efemérides marcadas en el cemento húmedo de la historia nacional: miércoles 31de diciembre de 1958, el sábado 15 de Abril de 1961, el martes 15 de Abril de 1980. ¿Será que esos días  no se construyó nada?  He encontrado muchas que parecen menos significativas pero resultan igual de inquietantes porque pueden apelar a historiografías no hechas, a eventos oscuros no contados, a días que solo se nombraron en un cilindro de hormigón: ¿que habrá ocurrido el domingo 30 de Julio de 1972 o el miércoles 13 de Mayo de 1981? Creo que este cilindro tiene una potencialidad enorme para fecundar y constituir diversas nociones historiográficas y sugerir nuevos umbrales especulativos.
Sin duda el conjunto de estos cilindros, desde el primero que se fabricó en la isla hasta el más fresco pueden erigir un museo de la arquitectura moderna cubana. …Los hacedores de este museo no deben ser arquitectos, creo ellos no son los versados en el uso de esta materia, los expertos son los vecinos de los edificios hechos por arquitectos. Las amas de casas que adoran sus jardines, los agricultores aficionados, los adornadores de cuadras, los que han construido con probetas los muros de sus baños improvisados. En este sentido el museo será también un índice de todos esos usos que de la probeta se han hecho en la ciudades cubanas y del mundo. Porque este pudiera ser también un museo internacional. …

Ernesto Oroza, Schöneweide, 2011

Vedado, 2013

Vedado, 2013