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Imagen tomada del blog Cooking Lessons.

Si repasamos las principales revistas sobre moda editadas en los Estados Unidos y Europa, o si hacemos una búsqueda en internet bajo los criterios «Cuba» y el nombre de cualquiera de estas revistas, encontraremos al menos un reportaje sobre la isla publicado en los últimos años. «Cuba Libre», «Soy Cuba» y «The New Cuba» son algunos títulos, pensados para satisfacer y/o despertar la curiosidad de los lectores. Buscando imágenes de algunos de estos reportajes creados por y para la alta costura internacional, descubro que algunas de las escenas e interiores se repiten de uno a otro, como también se han repetido los automóviles clásicos norteamericanos en muchos otros medios.

Por ejemplo, la cocina que la French Revue des Modes usó como locación para la sesión de fotos que la revista publicó en la primavera de 2010 es la misma que Andrew Moore fotografió para su libro Inside Havana, publicado en 2002. La French Review des Modes usó también la misma habitación de la casa de Josie Alonso, en la calle Calzada del Vedado, en la que en 2015 Annie Leibovitz desnudó a Rihanna para su reportaje «Cuba Libre» publicado en Vanity Fair.

En un país donde pululan las ruinas y espacios interiores otrora fastuosos y hoy venidos a menos, a los directores artísticos de estas revistas no parece interesarles la búsqueda de una locación original para sus photoshoots. Es posible que, entre los muchos trámites burocráticos que el gobierno cubano impone a los productores extranjeros para concederles permiso para trabajar en Cuba, incluya el requisito de que sea alguna institución o funcionario estatal quien «seleccione» y «recomiende» las locaciones, embolsándose con toda seguridad algún pago por ese concepto. De ser así, el gobierno cubano estaría beneficiándose económicamente no sólo del dinero que se ahorra no comprando materiales de de construcción para que los particulares puedan dar mantenimiento al patrimonio construido, sino también de los ingresos devengados por la explotación comercial de este.

La poca variedad de locaciones puede deberse, por otra parte, a la gestión personal de los propietarios de las pocas viviendas que aparecen en los fotoreportajes, quienes con toda seguridad habrán sabido cultivar contactos tanto en el gobierno de la isla como en el extranjero que les garantizarían el estar siempre en las listas de los posibles locales en los que la revista sobre moda de turno realizaría el próximo photoshoot.

Imagen tomada de Vanity Fair. 2016

Imagen tomada de French Revue des Modes.