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negrito

Figura artesanal. Hecha en Cuba. Colección Cuba Material.

Néstor Díaz de Villegas, en Diario de Cuba:

Estética batistiana

Desde el Palacio de Bellas Artes hasta Tropicana; desde el amarillo caqui hasta la fuente de soda; desde cafetería Miami hasta la embajada americana de Harrison & Abramovitz; desde Rita Longa hasta Mateo Torriente; desde el self serve Wakamba hasta el Havana Hilton, la estética batistiana es la estética de lo cubano moderno.

La música que todavía explotamos, es música batistiana. La Habana histérica y libertina deTres Tristes Tigres, es La Habana batistiana. Todo Kcho, y el Tomás Sánchez de los manglares, son batistianos. El mobiliario del Comité Central es batistiano. El yute, la artesanía de semillas, las cabañitas, el mimbre, los bohíos y el Kawama pertenecen al Modern Karabalí (batistiano). El Plan Maestro de La Habana y el Martí de la Raspadura son batistianos. De la estética batistiana hemos vivido vicariamente: la Revolución le sacó el quilo. La estética batistiana continúa siendo fuente inagotable de admiración general y de cohesión nacional.

Como resumen y exaltación de las tendencias del batistato y de sus potencialidades, y desde la perspectiva de una sociedad avanzada, incapaz de crear otros valores que no fuesen espectaculares, Fidel Castro es el Homo Batistianus. Es decir: el hombre nacido de las condiciones objetivas del espectáculo batistiano, y la más alta creación artística de su época. Fidel Castro encarna la libertad batistiana in extremis, y su poder de seducción emana de la intensa fruición estética que trajo al mundo la Cuba batistiana.