pinturas
En las paredes de las viviendas cubanas se puede detectar no solo el impacto del régimen político cubano actual en la cultura material, la arquitectura y la vida doméstica, sino también la propia temporalidad castrista y sus clases sociales. La pintura, ya fuera a base de agua, de acetato o de aceite, nunca estuvo al alcance de todos. Se requerían amigos, relaciones, influencias y dinero para comprar un lata de esmalte de paredes, de barniz o de pintura de aceite, pese a tratarse de productos de la industria local.
No tenía más de 16 años cuando un vecino, un año menor que yo, me regañó porque me recosté a las paredes blancas de su casa. Se ensuciarían, me dijo. Y, ciertamente, la posibilidad de cambiar el color de las habitaciones resultaba tan remota como cambiar el gobierno, por lo que ese muchacho aventajado (¿avejentado?) quería cuidar las suyas.
Todavía me persigue el olor de la pintura, una vez que pintaron la fachada del edificio, creo que poco antes del Festival de la Juventud, allá en el año de la corneta…¿1976, 77? No recuerdo si eran siboney o taíno pero olían a rayo encendido.
jajaja. a mi me encanta ese olor. bueno, no sé cómo olía aquella. y pintura… no recuerdo que hubieran pintado nunca mi edificio, pero só nuestro apartamento, de pascua a san juan, y había que tener mucho cuidado para no ensuciar las paredes blancas. uf! me sentí muy bien cuando, antes de venir a EEUU, pinté las paredes de mi casa de todos los colores y diseños que se me ocurrió, porque ya no tenía que conservarlas!!!
me interesa conctar con esta empresa , para realizar un contrato para pinturas ,