Yemitas cubiertas con azúcar en polvo y canela.

Esta es la receta de Yemitas que preparaba mi abuela. La aprendió en la Escuela del Hogar, donde estudió a principios de los años cuarenta, en La Habana. La receta la tomé del libro de Dolores Alfonso La cocina y el hogar, editado a inicios del siglo XX, que era uno de los libros del plan de estudio de la escuela:

16 yemas

1 libra de azúcar

¼ de limón

1 copita de vino de Jerez (Cherry)

canela en polvo (opcional)

azúcar en polvo (confectioner sugar)

Se hace una almíbar doble con el azúcar (2 porciones de azúcar por cada porción de agua y un chorrito de limón para evitar que se azucare) y se deja enfriar a temperatura ambiente. Una vez fría, se mezcla con las yemas de huevo, previamente batidas. Se coloca al fuego, moviéndolo continuamente, y se le agrega el Jerez. Se tiene al fuego hasta que se espese y se pueda mover toda la masa hacia un lado de la cazuela, sin que inmediatamente vuelva a cubrir el fondo de la misma. Se baja del fuego y se deja enfriar. Una vez a temperatura ambiente, se hacen pequeñas bolitas con la masa, utilizando, para evitar que se peguen a las palmas de la mano, azúcar en polvo. Si se desea, las bolitas se pueden espolvorear con canela. Dolores Alfonso recomienda envolver las bolitas individuales en un papel de china de colores. Mi abuela las colocaba en una bombonera, sin envolver y sin canela.

Yo tuve que hacer varias veces la receta hasta encontrar el punto de la masa, pues la bajaba de la candela antes de tiempo y las yemitas se pegaban. Para evitarlo, es importante cocinar bien la masa y envolverlas en bastante azúcar en polvo mientras se amasen.

* * *

Una receta muy parecida son las Yemas abrillantadas:

8 yemas

1 taza de azúcar

1 cucharadita de vainilla

Se toma la mitad de la taza de azúcar y se le agregan 5 cucharadas de agua y se pone al fuego: tan pronto empiece a hervir se baja del fuego y se deja enfriar: cuando esté algo frío se liga con las yemas y se pone al fuego moviéndolo continuamente con una cuchara de madera. Cuando ya se vea el fondo de la cacerola se baja del fuego y se aromatiza con vainilla y se le va agregando azúcar hasta tener una pasta que no se pegue a los dedos. Se hacen pequeñas bolitas y se pasan por azúcar en polvo. Estas son la semitas que vienen en las selvillas de dulces de huevos finos.

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