balsas y salvavidas
Cuba, se ha dicho, es un país de corcho. La frase se refiere, en realidad, a su gobierno, el de los últimos casi sesenta años, y en especial al hecho de que, durante todo ese tiempo, este se haya mantenido a flote a pesar de su pésima gestión económica y de haber atravesado crisis políticas tan graves como el Mariel o las Causas 1 y 2 de 1989. Se mantuvo a flote, incluso, tras la desaparición de la Unión Soviética y del bloque regional que ese país lidereaba.
Cuba Material despide el 2017 con balsas y salvavidas, todos comercializados en los años setenta y ochenta en la Isla, cuando la patana sobre la que flotaba su gobierno parecía bastante más segura. Después, durante la década siguiente, no se vendieron más. Desde entonces, los cubanos hemos intentado permanecer con la cabeza más o menos alejada del agua. Algunos, construyendo embarcaciones rústicas para llegar, con suerte, a Estados Unidos. Otros, pataleando con más o menos suerte.
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