electrodomésticos y bienes de consumo en la República

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Cafetera

Cafetera. Hecha en Estados Unidos. 1950s. Colección Cuba Material.

Mis abuelos nunca se deshicieron de sus antiguos equipos electrodomésticos (me refiero a los de los cincuentas y años anteriores), ni siquiera cuando dejaron de funcionar. Una tostadora, una plancha para sandwiches y una cafetera de café americano cuyas porciones de agua y borra mi abuela aprendió a dosificar para obtener algo parecido al café expreso, acumulan herrumbre sobre un aparador del comedor. Allí los dejaron mis abuelos con la esperanza de que un día apareciera la resistencia o pieza que los devolvería a la vida, mas esta nunca llegó.

En Diario de Cuba:

Antes de los Castro, la Isla era un imán para atraer inmigrantes de Europa, Medio Oriente, Asia, el Caribe e incluso de Estados Unidos. Estadísticas del antiguo Ministerio de Hacienda de Cuba revelan que solo entre 1902 y 1930 llegaron a nuestro país 1.3 millones de inmigrantes, 261.587 de ellos en los últimos seis años de ese período.

En esos 28 años, encabezaron la lista 774.123 españoles, 190.046 haitianos, 120.046 jamaicanos, 34.462 estadounidenses, 19.769 ingleses, 13.930 puertorriqueños, 12.926 chinos, 10.428 italianos, 10.305 sirios, 8.895 polacos, 6.632 turcos, 6.222 franceses, 4.850 rusos, 3.726 alemanes y 3.569 griegos.

En años posteriores siguieron llegando a Cuba más inmigrantes de las nacionalidades mencionadas, así como también libaneses, judíos, palestinos, rumanos, húngaros, filipinos y mexicanos (sobre todo de Yucatán), etc. En 1958 había en la embajada de Cuba en Italia 12.000 solicitudes de ciudadanos deseosos de emigrar a la Isla.

Pero si en 1958 Cuba era uno de los tres países de Latinoamérica con mayor ingreso per cápita, con 374 dólares —el doble que en España ($180) y casi igual al de Italia—, hoy es uno de los más pobres. Es el único que en vez de avanzar involucionó y presenta ahora un grado menor de desarrollo económico y social que hace media centuria. Ni siquiera Haití sufrió tal retroceso.

Los efectos del castrismo asombran cuando se examinan algunas estadísticas del Anuario Estadístico de Naciones Unidas, el Atlas of Economic Development (1961) de Norton Ginsburg, la FAO, el Departamento de Comercio de EE UU, y el Cuban Center for Cultural Social & Strategic Studies, Inc.

En 1958, como en cualquier nación en desarrollo, había pobreza en la Isla, pero Cuba era el octavo país del mundo con mayor salario promedio en el sector industrial, con $6.00 diarios, por encima de Gran Bretaña ($5.75), Alemania Federal ($4.13) y Francia ($3.26). La lista la encabezaban EE UU ($16.80) y Canadá ($11.73). Cuba, además, ocupaba el séptimo lugar mundial en salario agrícola promedio, con $3 diarios, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Hace 54 años Cuba registraba la mayor longitud de vías férreas en Latinoamérica, con un kilómetro de vía por cada 8 kilómetros cuadrados. Y era líder en televisores, con 28 habitantes por receptor (tercer lugar en el mundo); la primera señal de TV a color en el mundo fuera de EE UU fue lanzada en La Habana por Gaspar Pumarejo, el 19 de marzo de 1958. El país ocupaba el segundo lugar latinoamericano en número de automóviles, con 40 habitantes por vehículo.

También teníamos la más baja tasa de inflación en Latinoamérica, con 1.4%. Nos autoabastecíamos de carne de res (desde 1940), leche, frutas tropicales, café y tabaco; y éramos casi autosuficientes en pescados y mariscos, carne de cerdo, de pollo, viandas, hortalizas y huevos. Éramos el primer país latinoamericano en consumo de pescado y el tercero en consumo de calorías, con 2.682 diarias. Producíamos el 76% de los alimentos que consumíamos (hoy producimos el 21%), y había una vaca por habitante.

La Isla exportaba más de lo que importaba, y era la tercera economía más solvente de la región por sus reservas de oro y de divisas y por la estabilidad del peso, a la par con el dólar. Era el país latinoamericano con menor mortalidad infantil y el que dedicaba mayor porcentaje del gasto público a la educación, con el 23 %. (Costa Rica, 20%; Argentina, 19.6%; y México, el 14.7%). En 1953, Francia, Gran Bretaña, Holanda y Finlandia contaban proporcionalmente con menos médicos y dentistas que Cuba.

Cuba era también proporcionalmente en 1958 el país latinoamericano con más salas de cine, ostentaba el segundo puesto en cantidad de periódico impresos, con ocho habitantes por ejemplar, luego de Uruguay (seis), y tenía el segundo lugar en teléfonos, con 28 habitantes por aparato.

Conclusión, que la debacle económica cubana no es causa, sino efecto. La verdadera razón que fuerza a emigrar de Cuba es el sistema político que sepultó la libertad económica y transformó la Isla en una ameba gigante que se nutre de subsidios extranjeros.

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