En Visions of Power in Cuba, la historiadora Lillian Guerra (2012) comenta que los rolos se convirtieron en un «fashion statement» en los años 1960s y que, cuando en 1967 comenzaron a escasear, las mujeres usaron tubos de papel sanitario como sustitutos. Una de sus entrevistadas, sin embargo, asegura que las mujeres educadas no solían llevar rolos en público. Como ejemplo, dice que nunca se vería a Celia Sánchez o a Vilma Espín con ellos.