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Estampa religiosa de San Fidel. 1960. Colección Cuba Material.

Leo en Facebook, en el muro de Hugo García González, que en épocas navideñas una vecina suya, de nombre Eloísa, gustaba de recitar un poema sobre el nacimiento del niño Jesús:

(…) Era un poema que hablaba de la leyenda de la aparición de la estrella que anunciaba el nacimiento y alumbraba el pesebre. 

Traviesa como era… Eloísa se mecía en su sillón en el portal y nos llamaba a los niños a acercarnos a ella y declamaba: 

“La gran estrella que el mundo ha visto
un gran mensaje nos anunció;
nos dijo a todos que… [ahí miraba a los lados, alzaba la voz y decía enfática] Fidel Castro
entre pañales allí nació”.  

El nombre del recién nacido iba acompañado de un guiño con un ojo. Luego, en voz baja te recitaba la estrofa final completa, con el nombre original. 

No fue esta señora la primera o única en comparar a Fidel Castro con los santos de la religión católica (así fuera como distracción), o incluso en homologarlo con Jesús. A principios de 1960, la propia iglesia puso en circulación una estampa de San Fidel, conocido, según explica la leyenda que acompaña la imagen del mártir, como el «abogado de los pobres», y para mayor similitud con Castro bastante parecido físicamente a este.

La oración del reverso de la estampa pide a Dios que bendiga al líder, a la revolución que encabezaba y a la reforma agraria que recién había impulsado.

Oración de San Fidel. 1960. Colección Cuba Material.

Un año antes, la revista Bohemia había publicado un dibujo de Fidel Castro en el que este aparecía representado como Jesucristo. Según la historiadora Lillian Guerra:

Telemundo’s broadcast of an artist’s fanciful rendition of Fidel had provoked a flood of viewer requests that the TV station provide copies of the portrait for display in private homes. With a national circulation of half a million subscribers, Bohemia willingly stepped in to satisfy demand. Meant to be clipped out and framed, the sketch revealed Fidel «not as he is physically but as the greatest part of the Cuban people see him spiritually . . . . It is, perhaps, a fleeting lighting bolt imprisoned on aper, that extraordinary will of God to cast man in His own image. But it is not Jesus Christ, it is Fidel Castro Ruz» (Heroes, Martyrs and Political Messiahs in Revolutionary Cuba, 1946-1958, Yale University Press, 2018, p. 287).

Pan sin Terror

Pan sin Terror

Pan sin Terror. Discurso de Fidel Castro en el Parque Central de Nueva York. 1959. Ediciones Movimiento. Colección Cuba Material.

Pan sin terror es el título con que Ediciones Movimiento publicó en 1959 el discurso que Fidel Castro diera en el Parque Central en la ciudad de Nueva York. Google no me devuelve ninguna referencia cuando entro el nombre de esta editorial como criterio de búsqueda. Se trata de una empresa administrada por la Dirección Provincial del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, y el panfleto en cuestión, según esta, el primer (y al parecer único) volumen publicado.

Pin «III aniversario de la Revolución». 1962. Colección Cuba Material.

Este pin o broche fue producido para celebrar el tercer aniversario de la huida, el 1 de enero de 1959, del dictador Fulgencio Batista, provocada por el avance del movimiento revolucionario, que pese a su diversidad este pin resume en el rostro de Fidel Castro. No solo el rostro de este aparece en el pin como imagen de la revolución, sino también su famosa frase, pronunciada por primera vez en el entierro de las víctimas de la explosión del barco francés La Coubre, cerca de dos años después de la victoria.

Nótese que se trata, sin embargo, de una de las pocas imágenes que, a partir de 1959 en adelante, circularon de Castro vestido de civil.

Celia Sánchez y Fidel Castro

Celia Sánchez y Fidel Castro

Celia Sánchez y Fidel Castro en uniforme verdeolivo. Imagen tomada de internet.

Cuando Celia Sánchez, la ayudante personal de Fidel Castro en la Sierra Maestra, llegó a La Habana tras tras el triunfo revolucionario, se fue de compras a El Encanto. Adquirió cuatro vestidos, uno de ellos de seda azul marino con lunares blancos, y varios pares de zapatos de tacón y puntera, pensando al parecer en que quizás llegara a convertirse en la Primera Dama, cuenta su biógrafa. La Habana, explica esta, esperaba a una guerrillera veterana. Sánchez se presentó, en cambio, como una dama fina y elegante. Así también la conoció, en un cóctel, el escritor Miguel Barnet, quien confesó luego que quedó impresionado con la elegancia de la guerrillera.

Una foto de Raúl Corrales tomada en Abril de 1959 en Nueva York muestra a Celia Sánchez al teléfono, vestida con un traje entallado y adornada con un llamativo collar. Días antes se la había visto en la recepción ofrecida por la embajada cubana luciendo un vestido de gala y un peinado con tocado, junto a un elegante Fidel Castro en traje civil. Sin embargo, en las demás fotos del recorrido de la delegación cubana en Estados Unidos Castro y Sánchez aparecen vestidos con el uniforme verde olivo que desde entonces los identificaría. Nunca más se le vio usar los vestidos de El Encanto salvo, quizás, en una rara fotografía que Korda le hiciera en la sala de su casa, la cual se archiva en los fondos de la Universidad de Duke.

Cincuenta y siete años después, cuando el primer jefe de estado norteamericano que visita La Habana en la era post-revolucionaria aterrizó en la isla, la Primera Dama de los Estados Unidos saludó a los cubanos desde la puerta del Air Force One vestida por la venezolana Carolina Herrera. Durante ninguna de sus apariciones públicas en Cuba, en las que exhibió otros tres modelos diferentes, se vio a Michelle Obama con un traje diseñado por un cubano-americano. Su ajuar, por demás, no mostró lujo ni elegancia.

Los medios de comunicación de casi todo el hemisferio llevaban días tratando de adivinar quiénes serían los modistos elegidos por la Primera Dama durante su histórica visita a Cuba, pues se conoce su costumbre de agasajar a anfitriones y huéspedes extranjeros con trajes diseñados por ciudadanos norteamericanos nacidos en el país anfitrión. Resultaba entonces lógico pensar que Mrs. Obama desplegaría su diplomacia de la moda en Cuba, teniendo en cuenta, además, la inclinación de la Primera Dama por los diseñadores cubano-americanos —Isabel Toledo diseñó su vestido para la toma de posesión presidencial en el año 2008—.

Es curioso que los Obamas hayan dejado pasar la ocasión de ofrecer otro simbólico guiño a la comunidad cubana en el exilio, a la que el presidente de Estados Unidos dedicó, sin embargo, los minutos finales de su brillante discurso en el Gran Teatro de La Habana, en los que dijo que gracias a dicha comunidad pudo llevarse a buen término la apertura diplomática hacia Cuba impulsada por su administración. Bien hubiera podido Michelle Obama mostrarse en Cuba vistiendo un traje diseñado por algún modisto cubano del exilio.

h/t Odette Casamayor

locomotora 61602

locomotora 61602

Locomotora 61602. Imagen tomada del blog El fogonero.

En El Fogonero: Fidel Castro nunca fue el maquinista de la 61602:

En un museo de La Habana se exhibe la Locomotora Insignia de los Ferrocarriles de Cuba. Es una M62-K que fue construida en Ucrania en 1975, apenas unos día antes de que entrara en la historia al arribar a la estación de Placetas, en el centro de la isla.
En una placa de broce, fijada a uno de los costados de la máquina, puede leerse: “El Comandante en Jefe Fidel Castro, conduciendo esta locomotora 61602, inauguró el primer tramo Oliver- Calabazas del ferrocarril rápido Habana- Santiago De Cuba, el “Día Ferroviario”. 29 enero de 1975. Año del Primer Congreso”.
Un ferroviario que estuvo allí (fue parte de la operación), Esteban Darias Domínguez, y otro que oyó la historia de testigos presenciales, Graciel Velázquez, sostienen un relato diferente al que cuenta la tarja. Según sus testimonios, quien condujo ese tren realmente fue Papito Villa.
Graciel, que era guardafrenos en ese momento, es uno de los que en verdad saben lo que ocurrió aquel lunes: “El coche motor 2050, un Uerdingen con dos motores Leyland, estaba acoplado a la 61602. Cuando mejor iba marchando el asunto, falla la M62-K, de lo que prácticamente nadie se percató”, dice.
“Papito Villa, maquinista del 2050, lo tenía encendido y con la agilidad y picardía que le caracterizó siempre, fue empujando a la 61602 que Fidel creía conducir como todo un experto. Esa es una de las mejores anécdotas que guardo de mis 20 años en los Ferrocarriles de Cuba”, Asegura Graciel con nostalgia.
En la portada de todos los periódicos cubanos que circularon el martes 30 de enero de 1975, aparece una foto donde Fidel Castro desciende sonriente de la 61602. Desde entonces data la leyenda de una locomotora que siempre se consideró un patrimonio nacional.
Del coche motor 2050 y de Papito Villa no se conservan fotografías.

Leer el resto del texto y ver las imágenes que lo acompañan en El Fogonero.

Monograma bordado con el escudo nacional

Monograma bordado con el escudo nacional

Monograma bordado con el escudo nacional, para utilizar en el traje de Arnaldo Tamayo Méndez. 1980. Colección Cuba Material. Regalo de Sergio Valdés.

En La Jornada: Dinorah, la bordadora de Fidel:

El nombre que aparece en su carné de identidad es Lucía Lucinda Betancourt Montenegro, pero para “su familia, sus íntimos y El Jefe” ha sido toda la vida “Dinorah, la bordadora”. Tiene 83 años cumplidos, de los cuales lleva más de 50 bordando los grados de Comandante en el uniforme verde olivo de Fidel Castro —“y en la camisa de hilo que él usaba por debajo del uniforme”, aclara.

(…)

“En 1960 llegó a mi casa un escolta de Fidel. Alguien le había dado una referencia de nosotras, porque mi hermana y yo aprendimos el oficio de mi madre, y con eso nos ganábamos la vida. Él traía un uniforme y me pidió que le bordara los grados de Comandante. Yo no era nadie; qué honor”, se emociona.

En aquel momento el dibujo sólo contemplaba el rombo rojo y negro, con la estrella blanca en el centro, que comenzó a llevar al Triunfo de la Revolución. “Años después, al dibujo original se le incorporaron las dos ramitas. A mí me lo traían trazado en el uniforme, pero no siempre la línea estaba bien hecha”, admite. Su hermana Raquel tercia en la conversación: “Muchas veces la estrella venía con las puntas de diferentes tamaños, y para Dinorah todo tiene que ser perfecto (…). Y es la campeona en estrellas”.

Si el rombo de Comandante con sus ramitas se distingue no es sólo por la precisión de este bordado, sino por la superficie exacta y colorida. “Utilizo hilo de algodón 50 mercerizado, que da ese acabado brillante” —explica—. Por supuesto que hay pocas actividades creativas menos instantáneas que el bordado: este tarda tres horas en armar a golpe de pespunte y punto de pasado, que se trabaja siempre con un mismo movimiento de derecha a izquierda con puntadas verticales. “A veces llegaban y me decían: ¡Esto es para ayer. El Comandante se va de viaje mañana!, y yo me quedaba bordando hasta la madrugada”.

En 1986, la bordadora se jubiló, pero siguió en la casa hilando los grados de Fidel, y luego los de Raúl Castro. Raquel apunta otro dato: los bordados de Dinorah han ido hasta el cosmos. “Sí, bordó toda la ropa de Arnaldo Tamayo (el primer cubano que voló al espacio, el 18 de septiembre de 1980, en la Soyuz 38). Esas banderitas cubanas que vimos en la televisión eran de Dinorah”.

Dinorah vio a Fidel frente a frente solo en una ocasión. Ocurrió en 1994, cuando se le entregó un diploma a los empleados de Palacio que llevaban más de 30 años de trabajo junto al Comandante. “El me dio el diploma, tengo la foto”, sonríe. “Una vez me enfermé y no pude trabajar los grados. Pensé: ‘ni sabe quién yo soy, no importa, otra compañera lo hará por mí’. Una persona me contó que había entrado a una reunión, y oyó cuando él dijo: ‘Esto no me lo bordó Dinorah’. ¡Qué lindo! Él sí lo sabía, él sabe quién es Dinorah, la bordadora”.

H/T Cubadebate.

Billete de un peso emitido en 1961

ZIL-115 usado por Fidel Castro en los años 1980s. Imagen tomada de Café Fuerte.

ZIL-115 usado por Fidel Castro en los años 1980s. Imagen tomada de Café Fuerte.

En Café Fuerte: Las falsas limosnas de Fidel Castro: ¿una engañifa comercial?

Un reportaje sobre la circulación como taxis en La Habana de los autos soviéticos que presuntamente utilizaba el ex gobernante Fidel Castro, se convirtó este sábado en tópico viral en las redes sociales, con amplio eco en los medios de comunicación en Estados Unidos, incluyendo, obviamente, los de Miami.

Sin embargo, la información difundida es imprecisa y parece más bien conectada a una estrategia de publicidad de la empresa estatal CubaTaxi para despertar el interés de los turistas que recurvan por Cuba en estos días. Puedo afirmar categóricamente que esos autos ZIL de alquiler que circulan en La Habana, con un precio de $100 a $140 en recorrido, no fueron utilizados por Castro.

Si se observan fotos de los carros del mismo modelo empleados para el traslado de Castro, se verán claras diferencias con las limosinas que actualmente se están rentando a los turistas para recorrer la capital cubana. Ciertamente, muchos de estos carros que ahora fueron entregados a CubaTaxi pudieron formar parte de la flota que servía para recibimientos de protocolo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero no son los empleados por Seguridad Personal para los movimientos del líder cubano,

En realidad, Castro contaba con tres de estos autos ZIL-115, uno para cada uno de sus choferes personales en aquella época: René Vizcaíno Cruz, Angel Figueroa Peraza y Jesús Castellanos Benítez. Estos vehículos eran blindados, tanto la cabina como los cristales del parabrisas y las ventanillas.

Este modelo se comenzó a fabricar en la Unión Soviética en 1972 y dejó de hacerse en 1988, año en que Castro pasó a utilizar los autos Mercedes Benz.

El ZIL tiene un largo de unos seis metros y aproximadamente dos metros de ancho, motor V-8 de 7.6 litros, con un peso de 3.6 toneladas, y podía alcanzar una velocidad de cero a 60 kilometros en 13 segundos.

Hay otro ZIL (modelo 111), descapotable y de color gris verdoso, que fue empleado solo para recibimientos de presidentes. Fue un obsequio del líder soviético Nikita Jruschov a Castro, pero solo fue utilizado para actividades protocolares.

Cuando Castro decidió no emplear más estos autos soviéticos, entre otras razones porque ya no se fabricarían más, la flota completa fue mandada a conservar y guardar en los talleres de la Seguridad Personal.

También están guardados y debidamente preservados allí los autos que Castro ha utilizado durante toda su vida: el Oldsmobile de los años 60, los tres Alfa Romeo que usó posteriormente y los ZIL mencionados. Igualmente se conservan los automóviles utilizados por Celia Sánchez, Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.

De manera que habría que indagar de dónde partió la iniciativa publicitaria para arrebatarle los dólares a los turistas haciéndoles creer que viajan en el automóvil que alguna vez sirvió a Castro y su comitiva.

Viajé durante varios años en esos autos ZIL, acompañé a Castro en todos sus recorridos y me son familares todavía hasta los recovecos de sus interiores. Alquilar esos autos pensando que fueron los del ex gobernante es como comprar a sobreprecio un billete falso.

H/T: Walfrido Dorta y Emilio García Montiel.

Chapa de metal con propaganda del M-26-7

Chapa de metal con propaganda del M-26-7

Chapa de metal con propaganda del M-26-7. Alrededor de 1959. Colección Cuba Material.

Decía Fidel Castro desde la tribuna de la Universidad Popular en 1961:

La Revolución puede garantizar al pueblo seis cosas fundamentales: ropa, zapatos, comida, educación, recreo, medicinas.

Publicado en Bohemia y citado por María del Pilar Díaz Castañón en su libro Ideología y Revolución. Cuba, 1959-1962. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales (2004).

Brazalete de felpa del Movimiento 26 de julio. Colección Cuba Material.

Sobre la ropa que se gastan Hugo Chávez y Fidel Castro, en El tono de la voz: Otra ropa de la decadencia:

La levita de José Martí…, el uniforme de gala de Simón Bolívar y estos dos calamitosos epígonos vestidos como narcos que charlan un domingo cualquiera en una valla de gallos…

En tiempos dominados por la apoteosis visual, ya no se trata de preguntarse si cada pueblo tiene los gobernantes que merece. Más bien de constatar la imagen que transmiten sus líderes. “Revoluciones pujantes”, dicen mientras se muestran como atletas en retiro esos dos fantoches. ¡Vaya pujo!

Sobre el brazalete del 26 de julio que ilustra esta entrada, comenta un entrevistado en Cuesta arriba: Historias de Cinco Picos, libro de Jorge Martín Blandino (2012, p. 49):

La alegría era tremenda, todo el mundo en las calles, adolescentes incluso con armas, los brazaletes del Veitiséis…

Mi familia materna simpatizaba con la revolución. Este brazalete pertenecía a mis abuelos. Es posible que lo hubieran adquirido durante los días posteriores al 1 de enero de 1959. Quizás como parte de los disfraces de guerrilleros que se comercializaron por aquellos años.

Almanaque de pared de Cubana de Aviación. 1979. Foto cortesía de Ariana Hernández-Reguant.

Cubana de Aviación, la aerolínea bandera de la República de Cuba, fue creada el 8 de octubre de 1929, cuando en América sólo existían ocho aerolíneas, y en el resto del mundo, 21. En 1954 se convirtió en una empresa de capital cubano. Cuenta Sartre que, allá por la época en que este visitara la isla, los nuevos líderes revolucionarios solían viajar en clase económica, para así ahorrar los dineros públicos que administraban.

En 1996, hice mi tesis de licenciatura en psicología sobre la política de mercado de Cuba de Aviación. Para entonces, Fidel Castro viajaba con tres aviones de la flota comercial, que eran desviados de sus rutas habituales, no para trasladar una extensa comitiva presidencial, sino como medida de seguridad.

Estuche de postales promocionales de Cubana de Aviación. 1970s. Regalo de Jorge Pantoja Amengual. Colección Cuba Material.